lunes, 13 de junio de 2011

REBELION EN LAS ESTRELLAS CAPITULO 2

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CAPÍTULO DOS

El Orador parado arriba de una plataforma miraba a través del vasto Puerto del Espacio del planeta Hogar.

Detrás de él una banda militar en resplandecientes uniformes azules y blancos, tocaban una alegre música.

Delante de él tenía una increíble vista de naves que llegaban, de multitudes que se reunían, de banderas

ondeantes. Dos mil tropas planetarias con sus guirnaldas, plumas y tambores, se alineaban a ambos lados del

vestíbulo, mirando hacia adentro, como una guardia de honor. Los cordones policíacos bloqueaban a decenas de

miles de personas, para apartarlas cuidadosamente de las naves que aterrizaban. El apurado personal del Orador

intentaba, con mucha agitación, atrapar todo en sus radios y cámaras, tratando de reconocer a todos, anotar sus

nombres, fechas de llegada y otros datos, para pasárselos luego al Orador. Muy consciente que su voz llegaría a

través de la vasta Asamblea, y mediante grandes y dirigidos altoparlantes, no solamente, y sin limites a casi todas

las salas y más allá de los campos, pero también a través de las estrellas a setenta y cinco planetas, el Orador

pronunció un rápido y expresivo monólogo, mantenido por los mensajes que con apuro le iba alcanzando su

equipo de personal. Él estaba aprensivo. Sólo dos días antes la muchedumbre había estado vagabundeando por

las calles provocando incendios. Él tenía un personal de treinta y tres personas, incluyendo a su camarógrafo, y

este era un grupo muy visible que fácilmente se podía embestir. Tenía medio millón de créditos en equipo

esparcido en los alrededores y una bomba de fuego se lo podría llevar todo. Se sentía responsable al respecto. Lo

que diga iría a esa multitud, como a las enormes pantallas alrededor del campo, así como también a todos los

demás de la Galaxia. El verdadero orador para estas cosas había renunciado hoy, y él tuvo que hacerse cargo a

pesar de ser en realidad el productor. Tranquilizarlos, calmarlos. Un negocio inquietante.

 

"¡La esperanza es algo

maravillosa! Mirando a lo largo del campo del planeta Hogar, no pensarías que la mitad de la Galaxia habitada estaba cerca de una

completa rebelión. Por lo menos eso es lo que cree la gente del Congreso. Hoy por hoy no hay ni siquiera un letrero de manifestantes

por allí."

 

El orador trató de alcanzar, urgentemente, otro mensaje de su equipo. Nave tras nave aterrizaba desde un

cielo lleno de ellas. Cada una bajaba precipitadamente, un Oficial Leal salía rápidamente rodeado por guardias y

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caminaba con largos pasos hacia el vestíbulo

 

. "¡Ah, qué gran día, un gran día!"

Dijo el Orador, tratando de alcanzar

suplicante más mensajes de su personal.

 

"Los nombres más famosos de toda la Confederación Galáctica estaban llegando al

campo esa tarde. El 2054avo Congreso de Oficiales Leales estaba empezando auspiciosamente

 

." Los bien exagerados ruidos de

las naves circulantes, el rugido de la muchedumbre y el aumento de la música de la banda dando comienzo a otra

pieza, hacía desaparecer su voz por un momento. Se acercó más a la decena de micrófonos en forma de cubo y su

ingeniero de sonido volvía a ajustar, frenéticamente, el sonido.

"Los Oficiales Leales, los Oficiales Leales del Pueblo, encabezando a los 76 planetas para los 21 sistemas de estrellas de la

Confederación, una a una estaban avanzando por la explanada..."

 

Alguien de su personal puso un papel en su mano; Él lo

miró urgentemente y después se rió alegremente. "¡

 

Ah, aquí está Rawl!"

El grupo que había entrado al final del

vestíbulo era más grande que los otros, y se le habían unido oficiales militares vestidos de blanco y azul, y algunos

civiles. Se estaban empujando unos a otros, algunos tratando de pasar para estrechar la mano del hombre que

estaba en el centro. Rawl sonreía naturalmente. Él era alto, atlético y atractivo en un franco sentido. Vestía

simples pantalones caqui, camisa y gorra de los oficiales Leales. El Orador estaba parado de puntas para poder

ver mejor encima de sus micrófonos.

 

"Rawl, el Oficial Leal a cargo de la Tierra. Rawl el voceador del Congreso! ¡Han

escuchado su nombre relacionado siempre en grandes acciones y buenas costumbres!"

 

Un avance de la multitud de afuera, se

convirtió en un alegre estruendo para cubrir el ruido de las naves girando alrededor.

Rawl levantó la vista buscando rostros familiares, sonriendo, tratando de estrechar cada mano que se le extendía.

Avanzaba lentamente por el vestíbulo debido a la creciente presión. Dio un gran suspiro y después vio al

tamborilero en las filas de la guardia de honor del Noveno Ejercito, le hizo un guiño. El tamborilero sonrió feliz y

de repente agregó al estruendo bullicioso un redoble con su tambor. Justo detrás del grupo de Rawl había otro.

Mish, en el centro de él, empujaba hacia delante tratando de alcanzar a Rawl. El Orador no necesitó otro mensaje.

"¡Y ahí está Mish! Mish, Oficial Leal a cargo de los Limites Externos, ¡el mejor amigo de Rawl! Conocen bien la historia de cómo

estos dos pararon a todo el ejército de los Invasores Grises hasta que nuestro propio ejército pudiese llegar. Y conocen también su osado

rescate del asustado Aldebarán..."

 

Mish finalmente se abrió paso por la multitud y tocó el hombro de Rawl. Se

estrecharon la mano mutuamente, su bienvenida se perdió en el barbullar de los grupos, el rugir de la

muchedumbre que aumentaba y la banda tocando súbitamente una marcha a la

 

"Victoria a la Invasión de los Grises."

El orador bajó la vista para ver un nuevo mensaje que fue puesto en su mano urgentemente. Lo miró y su alegría

se evaporó, siguió la dirección a la que apuntaba el dedo de su asistente. Varias radio cámaras se volvieron en esa

dirección. Parada allí como una espada desenfundada, la negra torre de la administración del puerto del espacio

apuntaba al cielo y a las naves que giraban. Un balcón en su parte de arriba estaba cubierto por un sombrío verde.

Una negra corona con veintiuna estrellas colgaba de la barandilla.

 

"Justo ahora",

dijo el Orador en un tono muy

cambiado,

 

"en el balcón de recibimientos de la Administración ha aparecido el grupo de Líderes Supremos".

El Orador se

aseguró que sus cámaras estuviesen centradas hacia el balcón.

 

"Allí está Xenu, el Jefe Supremo de la Confederación

Galáctica."

 

Xenu, con cara de pocos amigos, sardónico, apoyándose pesadamente en su bastón, que era más bien

como una cachiporra, avanzó cojeando hacia la parte de delante de la adornada barandilla. Bajó su feroz mirada

hacia el grupo parado abajo en la plataforma y no le gustó lo que vio. La oscuridad de su sombrío traje de civil, lo

oscuro de su pelo y cara parecía extenderse hacia el exterior. La alegría que se sentía se transformó en silencio. La

banda se plegó a esto no tocando más. La voz del Orador se hizo repentinamente más fuerte, ya que en el campo

sólo se escuchaba el ruido de las naves.

 

"Él está acompañado hoy por Chi, el ilustre Ministro de la Policía de la

Confederación Galáctica."

 

Chi, de mandíbula saliente, con cara de buldog, achaparrado, mal formado, de manera tal

que su traje estaba totalmente arrugado. Se paró a lado de Xenu mirando de manera beligerante a los grupos que

estaban abajo. El orador estaba contento de poder dejar el tema. Frenéticamente les hacía señas a sus

camarógrafos para que enfocaran el lado derecho del balcón.

 

"¡Y aquí hay algo interesante!. ¡Él ha traído esta vez a su

nueva amante, Lady Min!"

 

Lady Min siguió las indicaciones de PA y salió a la barandilla del balcón. Era una mujer

impotente y bella, espléndidamente vestida en oro. La banda empezó a tocar una obertura teatral.

 

"No hay que

decirle a nadie que Lady Min, sin lugar a dudas, es la estrella más famosa de la Galaxia."

 

Con perfecto aplomo, Lady Min

agradeció. Hubo algunos aplausos y gritos de entusiasmo. Ella alzó sus manos en alto para agradecer los aplausos

y estos se acrecentaron. Ella sopló un beso, y nuevamente hubo más aplausos. El Orador a pesar de que estaba

seguro que no lo vería, ya que ni siquiera lo conocía, le mandó un beso de vuelta, en agradecimiento por haberlo

librado de esa situación. El silencio de la multitud lo había asustado ya que no tenía ninguna práctica en manejar

disturbios. Poniendo nueva vitalidad en su voz para captar la atención de la gente, en los peligros que corría, el

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Orador gritó,

 

"Parece que hay líos en la plataforma. ¡No, es Rawl!"

Las radiocámaras rápidamente se volvieron hacia la

plataforma. Dos camarógrafos se abrieron paso por las filas de la Guardia de Honor y se agregaron a la prensa y

el alboroto, tratando de subir sus cámaras lo más alto posible para poder tomar por encima de las miles de

cabezas. Rawl y Mish fueron apretujados. Un nuevo grupo había bajado desde el edificio de la Administración,

sumándose a los civiles, oficiales militares, prensa y personal que ya los rodeaban.

El grupo estaba empujando una corona de flores por encima de las cabezas de la gente y empujando para

acercarse.

 

"¡Ah!" Dijo el Orador,

"Miren eso. La ciudad le está tratando de dar la bienvenida con una corona a Rawl y ni

siquiera se la pueden acercar."

 

Después de un poco de lucha, finalmente pudieron ladear su sombrero y vapulearlo un

poco. Rawl y todos a su alrededor se estaban riendo, pero sus risas fueron apagadas por los gritos de alegría de la

muchedumbre cuando vieron en las pantallas que finalmente la corona había llegado. Alcaldes con sus propios

sombreros ladeados, empujaban tratando de gritar su mensaje de bienvenida, pero no fueron escuchados. Arriba

en el balcón, Xenu y Chi contemplaban la escena.

 

"Bien," dijo Xenu amargamente,

"parece que no ha perdido nada de

su popularidad."

 

Chi dijo, "¡Huh!"

Lo cual fue muy elocuente. Ellos miraron el cielo y la plataforma, donde la voz

del Orador seguía cubriendo el sistema PA, a la ciudad, al planeta, a setenta y cinco otros mundos habitados por

portadores de súper rápidas imágenes y sonidos.

 

"¡Y aún vienen, los Oficiales Leales del Pueblo! Mañana se encontrarán en

el tan largamente esperado 2054avo Congreso en el Capitolio Galáctico."

 

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