sábado, 25 de junio de 2011

REBELION EN LAS ESTRELLAS 13

Ficcion_15

Intensivamente Tring estudiaba la pantalla del radar. No le gustó lo que vio en ella. Para nada le gustó. Ap

aburrido y sin saber los conflictos que se estaban armando en la cabeza del piloto, se hallaba cómodamente

sentado en su asiento. Lady Min se estaba arreglando las uñas de la mejor manera posible, tenía problemas con el

esmalte cuándo súbitamente se movió la nave.

 

"La pantalla aquí," dijo Tring violentamente,

"parece indicar a un

montón de pesadas naves sobre la Tierra. Naves Galácticas. Más pesadas que las cucarachas."

 

Se volvió presentando una cara

pálida a sus pasajeros.

 

"Yo no me meto allí."

 

Lady Min y Ap miraron al piloto. No les podía fallar, no ahora.

Tring trató de persuadirlos.

 

"Esta Galaxia se está poniendo muy caliente. Los rumores me atormentan. Escuchen, yo tengo

gasolina, comida y aire en un asteroide. Iré allá a cargar gasolina y luego haré un largo salto a otra Galaxia."

 

Levantó la mano

haciendo un gesto con ella.

 

"Ustedes son una pareja simpática. Está por estallar algo, lo siento. Esas joyas que usted tiene

servirán de dinero. ¿Qué les parece?"

 

 

Lady Min se había puesto rígida. "Yo tengo que llegar con Rawl." Insistió.

"¿Cómo

podemos bajar?"

 

Encogiéndose, Tring se volvió para atender el vuelo. Había hecho lo posible

. "Bueno si ustedes se

 

 

 

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quieren quemar."

 

Les dijo por encima del hombro.

"Hay máscaras de oxígeno y paracaídas debajo del asiento, ¡pónganselos!

Los acercaré a la estratosfera, encima de la Base, y hasta eso es mucho riesgo."

 

Sacudiendo su cabeza, exclamó tristemente,

"¡Patriotismo!"

 

 

 

 

Bueno por lo menos lo había tratado. Lástima. Enfiló a la nave hacía abajo.

Rawl estaba parado en su oficina mirando para arriba. Pesados ruidos de los motores de las naves llenaban sus

oídos. Algo estaba pasando, estaba seguro. ¿Pero qué? Varias personas a su alrededor lo miraban con recelo. Rawl

se dio vuelta, y habló al comunicador,

 

"Maniobras! ¿Ya tienen alguna contestación del porque a las naves de la Tierra no las

invitaron a tomar parte?"

 

El hombre movió su cabeza perplejo.

"No fueron capaces de hacer elevar a las malditas naves, ¡traté

de conseguir una contestación!”

 

Rawl apuntó a uno de los ordenanzas.

"Pase la orden de que tengan mi nave lista para

despegar inmediatamente. Haré un vuelo para saber que pasa."

 

El ordenanza salió corriendo. Rawl volvió a mirar el cielo.

No puedo entender esto... Frunció el ceño y pegó con el puño en su mano. ¡Pamplinas! No estaba consiguiendo

nada, dando vueltas por su oficina. Fue hacía la pared y sacó su chaqueta de vuelo de un gancho. Al salir se

detuvo para darle una orden al empleado que quedaba allí.

 

"Suene la alarma de la Base por si acaso."

La alarma fue activada. Bocinas y cláxones llenaron el aire con notas insistentes. Varias tropas uniformadas en

azul y blanco corrían a través de la plaza de armas a sus respectivas secciones.

Los orificios de entre las rocas se abrieron para dejar salir las largas armas para repeler a las naves. Oficiales les

gritaban a sus subalternos. No observados en ese tumulto, dos paracaídas caían lentamente al suelo. Lady Min

aterrizó primero, enrollándose para absorber la caída. Se puso de pié, se sacó la máscara de oxígeno, y luego el

paracaídas que se fue volando. Se pasó la mano por el revuelto cabello y miró sorprendida a su alrededor a toda

esa conmoción

Dando un salto tomó del brazo a un soldado que pasaba. Este se paró impaciente

 

 

, "¿Dónde está el Comandante

Rawl?”

 

Preguntó agitada. Él apuntó a la roca y se fue antes de que ella pudiese volver a hablar. Ahora llegaba Ap

sin aliento y murmurando. Algunos soldados los miraron extrañados al ver que entraban a la oficina de Rawl.

 

 

 

"¿Dónde está el Comandante Rawl?"

 

Un ordenanza les indicó una de las puertas. "Está a punto de salir en un vuelo".

 

Lady

Min lo miró suplicante, fregándose sus manos con desesperación.

 

"¡Oh no!"

 

No podía estar tan cerca y sin

embargo que fuera demasiado tarde.

 

 

"Esto es urgente." Gimió. "¡Urgente!"

 

El ordenanza estaba indeciso, no sabía

quién o qué era esa dama, pero algo de su agitación se la comunicó a él. Decididamente mostró con el brazo

adónde debían ir, y salió corriendo de la habitación.

Rawl se deslizó al asiento del piloto, y se puso el cinturón de seguridad. Los motores rugieron al tocar los

comandos. Ojos y manos se ocuparon del panel de controles. Rawl preparó la nave para su salida, hablando por

su micrófono.

 

"Control Interceptor Uno, despegue inmediato."

 

De repente la puerta de acceso fue abierta de un golpe.

Rawl se volvió y estuvo más que sorprendido al ver a Lady Min y Ap acercarse por el pasillo

 

"¡Lady Min!"

 

Una inmensa cantidad de bombarderos Galácticos descendió sobre la Base. Uno abrió su "estómago" y lanzó una

bomba que bajo como un ángel de la muerte.

Rawl miró a través del parabrisas, Dios, la puerta del hangar se estaba abriendo.

Su radio sonó cuándo el Control dio la orden de salida. Seguro de poder partir en cualquier momento, se volvió al

pasillo. Lady Min se había compuesto y se abría paso hacía él.

 

"Tengo datos para usted,"

 

dijo con voz entrecortada.

 

 

 

"Datos urgentes."

 

Rawl le contestó bruscamente, "Puede contármelos tan pronto despeguemos."

 

Rawl hizo lo necesario para

partir graciosamente hacía el cielo.

La bomba explotó en la Base con una maldita incandescencia atómica. Lastimeros escombros y mucho

humo se veían ahora sobre lo que había sido el campo de desfiles. Poco a poco se fue deslizando al mar, es decir

toda la Base había desaparecido.

Rawl luchaba salvajemente con su nave, para no perder la estabilidad. Lady Min y Ap se sujetaban como podían, y

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Rawl trataba de hacer que la nave ascendiera más. Miró el holocausto que había abajo, hizo una mueca. Así que

eso era lo que Xenu tenía en mente. Una sacudida devolvió su atención a los controles. Todavía no había salido

del peligro. Todavía no...

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