jueves, 16 de junio de 2011

REBELION EN LAS ESTRELLAS 3-4

 

 

 

 

 

Un estruendo de vivas y aplausos le llegaron de lleno a Xenu, y como no paraban él cayó en un estado de

amargura y rabia suprimida.

La multitud había estado parada por horas afuera en los escalones del Congreso esperando y esperando.

Repentinamente la gran trompeta PA sonó.

 

"La moción se aceptó".

Por un instante el gentío estuvo callado, después

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explotó en gritos de alegría. Algunos daban saltos al aire, otros bailaban. Una anciana continuaba mirando la

trompeta PA, después se sentó en el suelo, y empezó a llorar, lágrimas de alivio, ya que significaba que sus dos

nietos, presos por no pagar los impuestos adecuados, serían puestos en libertad. La cafetería de la fábrica, donde

los trabajadores estaban comiendo, quedó suprimida por el silencio por el PA.

El comedor explotó en frenéticos gritos de alegría, platos, comida y todo empezó a volar por los aires. Soltaron

encima de las mesas, y empezaron as bailar y a gritar. El capataz subió las curvas escaleras diciéndole

frenéticamente al guardián,

 

"Toque la sirena, y la alarma contra incendios".

Las sirenas se entremezclaron con todo el

loquero de sonidos. El cura, tan gordo como alto, corrió hacia el campanario de su iglesia y empezó a tirar de

cada cuerda que podía alcanzar, para tocar todas las campanas posibles. Las calles se llenaron de autos y gente que

no se cansaba de esperar, con los ojos vueltos hacia la pantalla y las trompetas del PA. El aullido de

 

"La moción se

aprobó"

 

era la clave para una total conmoción. Todos gritaban alborozados. Cada conductor tocaba su bocina.

Cualquier otra cosa que el PA pudiese haber dicho, era inaudible en el bullicio. Tres hombres jóvenes sacaron

rápidamente la frazada que cubría el asiento de atrás de su auto, y sacaron un montón de armas automáticas que

llevaban escondidas, y las descargaron al aire.

Sonriéndole uno al otro, tiraron las armas dentro de un bote de basura, donde las abandonaron.

Parados agregaron sus voces al griterío. El locutor de la Emisora de la Corporación Interplanetaria del Planeta

HOGAR, sostenía su primer mensaje con manos temblorosas, gritándole al operador,

 

"¡conécteme! ¡conécteme!"

El técnico enrollaba y desenrollaba cables, en su apuro por enchufarlos, para poder conectarse con cada Planeta.

Finalmente consiguió una luz verde para conectar el micrófono en la consola, lo que pudo hacer después de otros

dos errores. El locutor tomó el micrófono y empezó a hablar, pero dándose cuenta que no andaba, le dio

repetidos golpes hasta que finalmente lo hizo andar, y gritó,

 

"¡Alerta... alerta! A todas las emisoras planetarias. Oficial,

Oficial!! A lo ancho de las Galaxias. El 2054avo Congreso de Oficiales Leales canceló las órdenes de impuestos, cédulas de

identidad y pasaportes. Les mandaré detalles apenas me lleguen!".

Una puerta se abrió detrás de él. Se escuchaban los ruidos exteriores, las bocinas, las sirenas, los gritos. El locutor

se dio vuelta, uno de sus reporteros había entrado. Un gran abanico de fuegos artificiales estallaron como

celebración por toda la ciudad. Destellaban a través de la ventana de la torre. El locutor le sacó el mensaje al

reportero.

 

"Rápido, consígueme a Mol en el palacio... queremos detalles... colores... entrevistas...".

El reportero se lanza a un

panel de comunicaciones.

 

"El Palacio... el palacio... Mol, necesito a Mol...".

 

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