martes, 28 de junio de 2011

REBELION EN LAS ESTRELLAS CAPITULO 16

Ficcion_7

 

 

Muy solos, muy chicos al lado de las vastas Galaxias, un solo Interceptor se hallaba suspendido en el aire. En su

fuselaje cuatro personas se estaban tratando de poner sus trajes espaciales. Máscaras de oxigeno y paracaídas se

encontraban a la mano, listos para ser usados. Rawl hizo una pausa y levantó la vista.

 

 

"Usted no debe de hacer esto,

Lady Min. Ya hizo bastante – nunca hubiésemos sabido lo que estaba pasando sino fuera por usted."

 

Ella se siguió vistiendo.

Su suave boca se puso en un gesto terminante al mismo tiempo que se ponía un traje de sello-seguro sobre su

uniforme caqui.. Ap, ya listo para el espacio y muerto de miedo por lo que iba a hacer, miró a Lady Min. Si ella no

fuese, yo tampoco no tendría que ir. ¡Oh Dios! Continuó con el arreglo de las tiras de su paracaídas. Rawl rió con

aprobación. Miró para afuera a través del puerto.

 

"Bueno aquí está. Estamos encima del Planeta Alpha Centauri Dos,

Cronjin. Es el menos poblado y a un largo camino del Planeta Hogar."

 

Sonrió.

"Los idiotas sacaron todas las Bases Galácticas,

incluyendo esta, así que no hay posibilidad que nos vayan a bombardear, no tienen ningún bombardero que no podamos manejar.

Nosotros caeremos del lado oscuro, mientras nuestro piloto nos cubre."

 

Terminando de prepararse, tomó el rifle de la pared.

 

 

 

"No se separen."

 

Dijo inspeccionando el arma

"Manténganse junto a mi."

 

Desde el pasillo el piloto le gritó a Mish,

 

"Aproximadamente treinta y cinco segundos para el blanco."

 

Mish le hizo una

seña con el pulgar al piloto.

 

"Cuándo nos hallamos ido esté alerta para cubrirnos. Si llegamos se lo haremos saber por la radio."

Se adelantó a la salida haciéndole señas a los otros. Rawl destrabó la puerta y miró el panel de seguridad. La luz

roja se volvió verde. Abrió la puerta y saltó al espacio. Ap era el último en saltar, miraba con terror para abajo.

Encomendándose, cerró los ojos y saltó. Los cuatro aterrizaron uno detrás del otro en el pavimento del puerto

aéreo del espacio. Se veían una cantidad de luces de la ciudad. A la izquierda se encontraba el edificio del Centro

de Comunicaciones con su antena. Rawl se sacó el arnés y se libró de su rifle, se acercó al edificio subiendo sus

escalones de dos en dos. Ya estaba a mitad del camino cuando Mish llegó detrás de él.

Dentro un Policía Secreto estaba tirado en un sillón leyendo una revista de "mujeres".

Oyendo las pisadas que subían por la escalera, se levantó de un salto, su mano trataba de sacar el arma, demasiado

tarde. Antes de que pudiese reaccionar, una llama verde lo alcanzó. Con los ojos desorbitados cayó al suelo. Rawl

apoyó el rifle en la pared y con sus ojos estudió la consola en la pared. Se sacó el traje espacial. Detrás de él, Mish

se había quedado de centinela en la puerta, con su rifle en posición. Sin respiración a causa de la corrida, Lady

Min y Ap pasaron delante de Mish para entrar en la oficina. Típicamente femenino. Lady Min sacó un espejo, se

retocó el cabello y se pinto los labios. Ap ya había visto al policía muerto, lo tomó por los pies y lo arrastró a un

rincón. Mientras tanto Rawl ya se había sacado por completo sus ropas espaciales y en su bolsillo encontró su

gorra, la cual se puso. Se movió a la consola y movió una palanca.

 

 

"Noticias Planetarias, se interrumpe la televisión

privada. Cuartel General Planetario emergencia radial interrumpida, todos los Sistemas Planetarios alerta a las pantallas..."

 

El

circuito sonó y se abrió. Todos los monitores de la televisión se despertaron con la imagen de Rawl en ellos. Este

haciendo un gran esfuerzo para calmarse ya que estaba en el aire, puso el micrófono en posición y empezó a

hablar.

 

"Habitantes de Cronjin, yo soy Rawl, orador del Congreso de Oficiales Leales de Pueblo, el Gobernante de la Confederación

Galáctica..."

 

Almorzando en el centro de la ciudad en un bar, el General de la Policía Secreta de Cronjin pegó un

 

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salto cuándo Rawl apareció en la televisión. Arrojó violentamente su vaso sin preocuparse del líquido que

chorreaba por todos lados. Tomó la radio portátil de su bolsillo,

 

"... Xenu fue depuesto,"

 

continuaba la voz de Rawl

desde la televisión,

 

"la Policía Secreta disuelta, a Xenu se le hará un juicio por la destrucción del Planeta Tierra, asesinato de

poblaciones..."

 

El General de la Policía Secreta sacó su radio y gritó,

"a toda la Policía, vayan a la Base del Centro de

Comunicaciones Planetarias enseguida!"

 

Dándole una última y venenosa mirada a la TV salió más que rápido del bar.

Unos jóvenes estaban mirando lo que ellos llamaban la caja para bobos, los programas habían sido tan aburridos

últimamente, nada más que discursos y dramas de índole militar. Medio dormidos, se despertaron de repente

cuándo Rawl se presentó. Uno de ellos le hizo señas a los otros y a toda la familia para que se acercara y miraran

la pantalla. Escucharon atentamente a su héroe desde hacía mucho tiempo.

 

"Muchos de sus familiares habían sido

transportados a la Tierra y asesinados por el fuego atómico. "A ustedes les dijeron que se habían tomado medidas para combatir la

ola de crímenes, esa ola de crímenes era Xenu".

Flanqueado por su Estado Mayor, rápidamente convocados, y aún abotonándose sus chaquetas azules y blancas,

la Comandancia General de la Armada Planetaria de Cronjin, miraban tensos la televisión en sus oficinas. Las

palabras de Rawl las llenaban.

 

 

"Sumado a toda la población del Planeta Tierra, Xenu también asesinó a todo el Noveno

Ejército porque pretendían cumplir las órdenes del Congreso, y se resistieron a la formación del Estado Policial..."

 

La cara del

Comandante General se endureció, cuándo asintió ceñudo. Él lo sabía.

 

"¡Así que por eso no contestaban!"

 

Murmuró

para sí mismo. Se dio vuelta y gritó.

 

"Ordenanza".

 

Este vino corriendo. La Dotación de Oficiales sacaron sus

receptores de los cinturones y salieron a la acción cuando su Comandante les dio una serie de decisivas órdenes.

En la acera una muchedumbre se había juntado. Miraban al sistema público de información, que decía,

 

"Su propia

Base no voló a causa de los actos terroristas como les habían hecho creer, Xenu la hizo volar, al igual que a todas las de las otras

Galaxias, en un esfuerzo por destruir el poder de los Oficiales Leales y del Congreso. Por eso están seguros de cualquier represalia del

Planeta Hogar. El cielo encima de ustedes está salvaguardado por nosotros..."

 

La muchedumbre se movió enojada.

"... Por la

autoridad del Congreso los apeló a levantarse contra la Policía Secreta y derrocarlos, y establecer un Gobierno leal en este Planeta!"

Con las últimas palabras de Rawl la masa de personas se puso a vociferar muy enojados. Uno de ellos,

generalmente un ciudadano tranquilo, pero ahora el líder de la agitada muchedumbre, incentivado por lo que

había escuchado, de un brinco subió a la balaustrada y empezó a gritar instrucciones.

Escuchando el gemir de las sirenas. Mish se apoyó con fuerza contra la puerta. Una flota de autos de la Policía

Secreta estaba llegando rápidamente a través del campo de aviación. Rawl miró por la ventana. Bruscamente le

dio la orden a Ap de acercarse, luego habló otra vez por el micrófono.

"¡Ustedes pueden y deben ganar!"

 

 

 

 

Puso el micrófono en las manos de Ap, tomó su rifle y se precipitó por la puerta a la

plataforma exterior. Se agachó detrás de una pared para protegerse y puso su rifle encima de ella.

Estremeciéndose sin control, Ap trataba de recobrar su sentido común. Todo lo que quería era estar a miles de

kilómetros. Endureciéndose valientemente salió hacía el sendero que daba a la antena de Televisión y levantó el

micrófono.

 

"Damas y caballeros, gente de Cronjin ustedes acaban de escuchar el anuncio de emergencia de Comandante Rawl..."

 

Afuera, el primero de los autos blindados se había detenido, Policías Secretos se apeaban. Rawl apuntó y tiró. Ap

saltó cuándo el tiro retumbó en la sala. Desesperadamente, se decía a sí mismo que estaba completamente a salvo

y que era después de todo un agente de publicidad, así que debería ser capaz de hacer otra cosa que hablar por

radio, pero se forzó en continuar.

 

"... Oficiales Leales, orador del Congreso, si ustedes van a hacer algo,"

 

tragó saliva con

desesperación,

 

"sería mejor que lo hagan ahora, y rápido La Policía Secreta se está agrupando en el campo de aviación como una

avalancha..."

La detonación del arma de Rawl dio de lleno en el carro de las municiones. El vehículo era una arma mortal. Este

atributo era también su único talón de Aquiles. Detonó en un titilar de colores blancos y púrpuras. Tomados de

sorpresa la detonación voló por los aires junto al carro. Ap bajó su cabeza y con voz una llena de lamentos dijo

 

 

.

"Gente de Cronjin ¿dónde están? Los necesitamos... ¡necesitamos su ayuda!"

 

El segundo carro se acercó, bajando de un salto

el General de la Policía Secreta supervisó la escena.

 

"Diablos! Ya perdimos una unidad."

 

Se dio vueltas y les daba

órdenes a las fuerzas que llegaban al campo de batalla.

Ap miró por la ventana y se puso pálido. Podía contar dos, cinco, no, diez camiones. Y todos descargaban

 

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Policías Secretos.

 

"Futuro Cero!"

 

Un camión con una ametralladora montada se unió al gentío. La dotación

empezó a colocar el arma en la colina, justo en el centro. Los Policías Secretos se abrían paso a codazos, tratando

de subir al camión.

 

 

"No, no!" Gritaba el General para que la gente desistiera.

"No destruyan el Centro de

Comunicaciones, lo necesitamos en algunos minutos para decirles a la población que están muertos, que nosotros tenemos el control!"

 

Saltó del camión, y corrió a dirigir el ataque armado. Bajo su dirección, filas de Policías Secretos se tiraron al

suelo, comenzando a descargar sus armas contra el Centro. A Mish el fuego le pasaba por encima, ya que se había

agachado lo suficiente para que no lo alcanzara, pero desde su posición devolvía el fuego con un placer

incontenible.

Agachada Lady Min se arrastró hasta dónde Ap valientemente seguía dirigiéndose al pueblo.

 

"Este campo,"

 

estaba

diciendo,

 

 

"está infectado con Policías Secretos." Cerró los ojos y murmuró una plegaria.

"¡Ahora sabremos si la gente de

Cronjin son los amigos de asesinos y opresores!"

 

Mientras hablaba, dos camionetas con fuerzas de los Renegados llegó.

Muchos más feroces Policías Secretos. Los Renegados salieron agachados y corrieron hacía la escalera que llevaba

a la Torre de Control. Ap notó los gestos desesperados de Lady Min y dijo,

 

"Y aquí los comunicó con Lady Min, testigo

principal de los planes de Xenu en la destrucción de la Tierra."

 

Le alcanzó el micrófono agradecido. Ya el primer

Renegado subía por las escaleras. Mish estaba preparado, esperaba que se acercara un poco más, antes de

dispararle. Los Renegados cayeron para atrás uno encima del otro, causando una enorme confusión entre hombre

y armas. Lady Min miró la puerta, Albricias!, Se recompuso y volvió el micrófono.

 

"Pueblo de Cronjin, esta puede ser

su última oportunidad para obtener la libertad."

 

Estaba cerca de las lágrimas, Querido Dios – ¿dónde estaban las

personas de Cronjin?

Rawl maldijo cuándo su arma se vació. Puso la última carga y continuó tirando. Si la caballería no llegaba pronto,

no tendría ninguna oportunidad. Ninguna maldita oportunidad. No debería haber dejado venir a Lady Min. Hizo

crujir los dientes. Bajó a otro Renegado con un certero tiro. Cerca de allí los decididos Policías Secretos miraban

estremecidos. Escuchando como un sollozo detrás de él, se volvió pero no vio nada. Prendió el farol del camión,

la luz lo sacó de la oscuridad. El General se congeló del susto cuándo las luces reflejaron a cuatro tanques azul y

blancos que se acercaban. Sus armas en posición de disparar. Detrás de los tanques una flota de camiones llena de

soldados avanzaba. Un grito de batalla estalló en los oídos del General.

 

 

"¡Recuerdan al Noveno Ejército! ¡Recuerdan al Noveno Ejército!"

Estacionado en la torre del tanque el Comandante General de la Armada Planetaria de Cronjin observaba las

maniobras de la Policía Secreta. Su cara se hallaba surcada por duras líneas, y su voz era severa al dar una orden

por radio.

 

"Hagan fuego, pero bajo, para no pegarle a Centro de Comunicaciones, ataquen enseguida!"

 

Todos los tanques

juntos disparaban ráfagas de fuego azul y blanco. Un carro de la Policía Secreta voló por los aires. Pero no

sabiendo aún lo que les esperaba, los Policías Secretos seguían disparando al Centro. De pronto algunos

parecieron darse cuenta que algo no andaba bien. Cuándo se dieron vuelta una nube de soldados gritaba

"Recuerdan al Noveno Ejército!"

 

 

 

 

Y este se les vino encima. Escuchando el alboroto afuera Lady Min se arriesgó a

mirar por la ventana para apreciar el cambio que se había producido, pegó un salto con su cara radiante. Gracias a

las estrellas!

 

 

"¡Victoria!" Gritó.

"¡Población de Cronjin son libres, libres, libres!"

Rawl y Mish se sonrieron colgando sus rifles, se acercaron a la puerta destruida, para darle la bienvenida al

General de la Armada y sus Oficiales. Al ver a Rawl, el General se apresuró a estrechar su mano,

 

 

"Así que

finalmente conozco al famoso Rawl!"

 

Mish hizo un gesto con la mano,

 

"¿Entramos?"

 

Así lo hicieron, Ap sacó algunas sillas destartaladas del camino.

Lady Min paró de hablar, y puso el micrófono hacía el grupo, subiendo el volumen. Una repentina conmoción en

la puerta los hizo volverse. Un grupo de Oficiales con un tembloroso civil en el medio entró. Uno de los Oficiales

suavemente empujaba al civil para adelante.

 

"Miren lo que tenemos aquí!"

 

El hombre era de edad mediana y llevaba

su cabeza muy en alto. Otro Oficial trataba de abrirle las esposas con una llave. Rawl levantó las cejas.

 

"Lo sacamos

de las barracas de la Policía, es el Gobernador Civil de Cronjin!"

 

Con una de sus manos finalmente sueltas, se la extendió

a Rawl, el cuál la estrechó. Rawl estudió al hombre y le gusto lo que vio.

 

"¿Puedo contar con usted y con el General aquí

para que limpien este Planeta y lo pongan en orden?"

 

Los dos hombres asintieron con entusiasmo. "¡Claro que si!"

 

Dijeron

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a dúo. Mish y Ap habían ido a la consola que estaba detrás de Lady Min. Parecía que Ap se iría a desmayar contra

el panel, pero solo se secó la transpiración con la manga...

 

 

"Esto realmente estuvo cerca!"

 

Mish se estremeció.

 

"A uno lo habían arreglado, pero quedaban aún setenta y cuatro Planetas más"

 

Ap estaba horrorizado.

"¿

 

Setenta y cuatro más como este?"

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