domingo, 17 de julio de 2011

Top 10 métodos modernos de control mental de las masas10. El sexo

Relacionado a la publicidad como a la religion, el control mental a través del sexo tiene que ver con que la energía sexual, la energía primordial que mueve al ser humano, es manipulada por la cultura para propagar el sistema consumista y para mantener al ser humano en un estado onansita de baja energía. Aunque mucho más complejo que los anuncios de cerveza de mujeres en bikini, el sexo sirve como mecanismo cuasi mágico para activar un deseo y asociarlo con un producto. Por otra parte a través del deseo sexual insatisfecho, como diagnosticara Freud, la sociedad se vuelve neurótica y hoy en día la cultura parece inculcar que todos debemos copular con supermodelos o superatletas y evidentemente en la práctica no sucede -aunque la cultura nos promete que si seguimos todos su pasos y compramos todos us productos lo lograremos- por lo cual se presenta un divorcio entre la intimidad real y la posibilidad de la sana y hasta sagrada expresión sexual -incursionando por los caminos del éxtasis- y la fantasía procrastinante que impera.

La Iglesia católica usó por varios siglos al sexo como una forma de control mental, en su caso ocultando y prohibiendo el sexo, haciendo tabú la exploración de la nave espacial del cuerpo. De esta forma guradándose la única copia de las llaves del cielo y manteniendo la exclusividad como interfaz de dios. Una sociedad sexualmente reprimida es una sociedad mentalmente reprimida y que subexplota su potencial, una sociedad más fácil de manipular. La mayoría de las cosas cambian para mantenerse igual: actualmente el control mental a través del sexo se da a través de la sobrexposición del sexo, lo que Jean Baudrillard llama lo obsceno, el ámbito donde la pornografía “es más sexy que el sexo, y por ende lo reemplaza” haciendo “explícto lo implícito”. Al igual  que sucede con la religion, la sobreinformación y sobrestimulación sexual crea una enorme confusión. Al punto de que no es que estemos excitados todo el tiempo viendo cuerpos semidesnudos en la television o videos pornográficos en internet liberando la energía libidinal creativa o el kundalini,  es que estamos drenando esta energía proyectandola a fantasmas electromagnéticos o tulpas. Si consideramos la creencia de que durante el acto sexual se produce una unión energética y una transferencia energética, se podría hablar de una vampirismo sexual electromagnético a escala global. Millones de personas enviando los filamentos de energía con los cuales podrían crear nuevos mundos a bizarras entidades catódicas que no son conscientes de que viven en un universo predatorial y no están en la cima de la pirámide alimenticia

Un video mashup con alta factura jugando con la seducción subliminal nos invita a reflexionar sobre cómo los programas mediáticos, los programas de TV, el cine, la moda, la publicidad y demás manifestaciones de la logósfera nos programan mentalmente. ¿Somos los que vemos? ¿Puede nuestro cerebro olvidar la información que recibe, puede no afectarse por los estímulos comunicacionales de esta esfera mediática ¿Acaso no somos seres miméticos que reproducen los memes a los que se les expone? ¿Hasta que punto la conciencia crítca hace que los mensajes, la in-formación que recibimos no nos moldeé y transforme y enajene nuestra  relación con nuestra propia psique? ¿podemos simplemente desecharlos, teniendo una memoria holográfica, en la que nada se olvida, solamente se almacena en lugares del subconsciente que preferimos no ver pero que siguen actuando sobre nuestra persona?

En su libro de poemas The Lords and the New Creatures, Jim Morrison, el Rey Lagarto, un producto también de esta mediatización del fuero íntimo, decía “They are staring at us from the TV Tower” (Nos miran (los Lords) desde la Torre de TV), en un destello de percibir el control mental que se ejerce desde lo que llamamos la pirámide electrónica, en una jerarquización de la sociedad en la que los  nuevos sacerdotes, desde los escalones superiores de la pirámide, transmiten los programas con los cuales buscan dirigir y moldear a la sociead a la forma que les conviene o que dios –o su creencia- les dice debe de ser. Acaso moldear a la sociedad, a “la masa ignorante”, de una forma que les permita seguir detentando las posiciones de poder.

Este vértigo informativo produce en ocasiones zombies. Como dice nuestro amigo Daniel Ramela García, los zombies son “los muertos que caminan vivos, pero zoombies también son los vivos que caminan muertos (y que miran mucha tele…)”. La zoom-bificación de la sociedad puede ser vista como un tipo de virus transmitido por los rayos catódicos que hace que las personas creen un sucedáneo de la realidad conforme a las imágenes que observan. Una producción que genera una realidad donde uno de los programas principlaes es la guerra, otro el deseo sexual enajenado de la intimidad actual de las personas con sus propios cuerpos -y no con cuerpos hiperreales-  y también el deseo de status y artículos de consumo que son innecesarios pero son vistos como completamente necesarios para alcanzar el status prometido a través del cual podemos conseguir las fantasías que nos implanta la mediósfera:  la claves de la felicidad artificial.

Desde el gran ojo en la pirámide electrónica están transmitiendo una imagen del mundo,  una imagen que se superpone a la realidad, la tecnología se vuelve indistinguible de la magia; el peligro es convertirnos en el simulacro de nosotros mismos. Los zombies caminan por el mundo pero sus ojos denotan la ausencia de su alma. ¿Podemos perder nuestra alma, puede nuestro espíritu abandonar la nave del cuerpo, decidiendo que ésta ya no lo podrá llevar al lugar al que por eones ha buscado?

El otro ojo también destella en la pirámide de la frente humana, el ojo secreto, el  ojo del sol en el hombre. Tal vez habría que apagar la TV y encender el ojo interior para ver el espacio iluminado por los programas del diseñador cósmico. Tal vez uno de nuestros mantras de guerra debería de ser “Take over the Eye”.

El video aquí mostrado fue editado por galaxigrl68 sobre la música de Chrome -Zombie Warfare y contiene imágenes de la Church of the Subgenius, una religión burlesque que postula a Bob como una deidad con un gran sentido del humor.

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