domingo, 10 de julio de 2011

2. La publicidad y la propaganda

Fumar

2. La publicidad y la propaganda

Estas son justamente las armas que tiene el sistema dominante –capitalista, consumista y muchas veces fascista- de perpetuarse reforzándose en la mente de los habitantes del planeta de una forma  inconsciente.  El padre del marketing, Edward Bernays, escribió en su libro Propaganda que “la propaganda es el brazo ejecutivo del gobierno invisible”. Mientras que los marketingeros y publicistas no aceptarían fácilmente que trabajan en la industria de la propaganda -seguramente nos disparararían un término supercool más adecuado para su autopersuasión- la realidad es que esto es lo que son. Son los promoters, consciente o inconscientemente, de un sistema que para sobrevivir  -para que “la economía siga creciendo”, para que el mundo siga “progresando”- necesita explotar al planeta Tierra y a miles de millones de personas.

El gurú Ed Bernays llama a la propaganda, ese sinónimo de publicidad satanizado por los Nazis, “la igeniería del consentimiento” y nos dice: “Si entendemos el mecanismo y los motivos de la mente grupal, entonces ¿no es posible controlar y regimentar a las masas, según nuestra propia voluntado sin que ellos lo sepan? La reciente práctica de la propaganda ha probado que es posible”.  Bernays, sobrino de Freud, combina la teoría del inconsciente de su ilustre tío con el condicionamiento de Pavlov, ligando los deseos al inconsciente para condicionar respuestas.

Otra de las formas en las que opera la propaganda es sin duda através de los medios de comunicación, particularmente a través del entretenimineto y del periodismo. Uno de los intelectuales más respetados de Estados Unidos fue Walter Lippman, Lippman creía que la sociedad debía de ser gobernada por “una clase especializada cuyos intereses iban más allá de la localidad”, (algo similiar a lo que hoy en día  son los expertos en los programas de TV, los “pundits”). Lippman veía al periodismo como un “trabajo de inteligencia” (no se refiere a que los periodistas deban de ser inteligentes, sino que es parte del aparato estatal de inteligencia), que debe darse en cercanía con los hacedores de la política pública.

No hay comentarios:

Publicar un comentario