jueves, 14 de julio de 2011

Top 10 métodos modernos de control mental de las masas 6. Drogas

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Aquí incluimos a los fármacos y a las drogas ilegales. Por una parte tenemos la industria de los antidepresivos, antipsicóticos, antidelirantes,  y demás sustancias usadas para tratar condiciones mentales. Estas sustancias son recetadas indiscriminadamente a cualquiera que tenga la más vaga anormalidad mental, justamente a todos los que no son mentalmente normales. Una forma de uniformar criterios en la sociedad, de ofuscar a las mentes inquietas, posiblemente briillantes y rebeldes, es darles poderosos fármacos que los calmen, que los adormezcan en el plácido confort de no tener demonios pero tampoco sueños. Actualmente el 25% de los niños en Estados Unidos  esta bajo prescripción de alguna sustancia de la cual se necesita una receta médica ¿Brave New World, alguien?

También es notable como algunas drogas ilegales, como el crack han sido empujadas por el mismo gobierno y la policía que las persiguen. Michael Rupert, ex DEA, relata como la CIA vendía cocaína en California. A veces las drogas pueden ser usadas directamente contra una población, como lo fue el opio en China, posiblemente la heroína con las Panteras Negras y el crack contra grupos afroamericanos en los ochenta (se especula que el LSD también fue promovido para acabar con algunos movimientos cuya conciencia cristalina se enturbió con esta sustancia o para manipular a ciertas personas como el caso de Charley Manson y su familia de asesinos, los cuales tomaban LSD como parte de su religión sincrética). La CIA experimentó con el LSD, con soldados, prostitutas y hasta con un pueblo entero en Francia.

Como dijera William Burroughs, la histeria creada en torno a las drogas ilegales es usada para crear un estado de control policial”. Desde la epoca del “Reefer Madness” o de la información relativa a las personas que brincan de edificios por el solo hecho de  tomar LSD (o el clásico anuncio que ha pasado en todos nustros países del niño que se ahoga porque se drogó antes o se convirtió en un rufián por obra del diablo en la sustancia), hasta las guerras contra el narco y la violencia que provocan las plantas, la histeria en torno a las drogas ilegales ha sido usada –además de para financiar operaciones ilegales dentro de los gobiernos- para incrementar la vigilancia, para hacer necesaria una policía nacional y hasta global que tenga potestad sobre los ciudadanos y que acceda a la información personal de los individuos como si fuera propiedad del estado. Es una nueva versión del panóptico y es, apoyandonos en Foucault, una forma en la que el estado incrementa su poder, a través de la información.

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