miércoles, 10 de agosto de 2011

LAS TORTURAS DE LA CIA 17 - PAGINA 21

Tortura_1
Era fundamental que pudiera hacerlo para llevar a cabo el plan que Buckley y el katsa estaban elaborando para rescatar a los rehenes extranjeros. Desde Estados Unidos enviarían a Tel Aviv a un grupo de boinas verdes, y desde allí navegarían, acompañados por las Fuerzas Especiales israelíes, en barcos cañoneros que los dejarían ante la costa de Beirut. Las embarcaciones aguardarían allí mientras el grupo se escondía entre las dunas, esperando la señal para avanzar. Ésta llegaría cuando otros agentes del Mosad se hubieran infiltrado en la ciudad para colocar bombas frente a las viviendas del jeque Fadlalá y sus principales colaboradores. Los estallidos de las bombas y el pánico subsiguiente serían la señal para que las tropas apostadas en las dunas entraran en la ciudad y se reunieran con Buckley, el cual los conduciría hasta el doctor Al Abub y forzaría al médico a llevarlos hasta los rehenes. Las cañoneras se acercarían a la orilla y los cubrirían con sus disparos mientras las tropas y los rehenes rescatados regresaban en lanchas a los barcos. Se llevarían consigo al doctor Al Abub para que fuera juzgado en Estados Unidos. Aunque el plan era atrevido y peligroso, Buckley creía que el elemento sorpresa garantizaría el éxito. Además había llevado a cabo operaciones similares en Vietnam para arrancar de sus reductos a líderes del Vietcong. El día anterior, el 15 de marzo de 1984, el plan había recibido luz verde a través de una señal personal y codificada que William Casey le había enviado a Buckley. Si las bombas no conseguían matar a Fadlalá o a sus hombres de confianza, William Buckley confiaría en algo que lo había acompañado a cada uno de sus destinos. Era el manual oficial de la CIA para llevar a cabo asesinatos, breve documento de ocho páginas escrito por el doctor Gottlieb poco después de entrar a formar parte de la Agencia. Su estilo, frío e inexpresivo, era tan escalofriante como los métodos descritos. El documento empezaba con una definición: «Según se cree, la palabra "asesinato" deriva del término "hachís", droga similar a la marihuana, que al parecer utilizaba Hasan al Sabbah para estimular a sus seguidores, encargados de ejecutar crímenes políticos y de otro tipo, normalmente a costa de sus vidas. »En este texto se utiliza para describir la muerte planeada de una persona que no se encuentra bajo la jurisdicción legal del asesino, que no está físicamente en sus manos, que ha sido seleccionada por una organización para morir y cuya muerte supone ciertas ventajas para dicha organización.» Las reglas de Gottlieb para llevar a cabo un asesinato eran igualmente explícitas: «No se escribirán ni grabarán nunca las órdenes de asesinato. Las instrucciones y decisiones involucrarán al menor número posible de personas, y lo ideal es que impliquen a una sola.» Las normas de Gottlieb en relación con las técnicas que había que usar eran bien claras, y la parte principal del manual aparecía en una sección muy explícita. «Es posible matar a un hombre sólo con las manos, pero pocas personas son lo bastante hábiles como para hacerlo bien. Sin embargo, puede servir un martillo, un hacha, una llave inglesa, un destornillador, un atizador, un cuchillo de cocina, el pie de una lámpara o cualquier cosa dura, pesada y que esté a mano. Un trozo de cuerda o de cable, o un cinturón, también sirven si el asesino es lo bastante fuerte y ágil. Todas estas armas improvisadas tienen la gran ventaja de que están disponibles y de que no despiertan sospechas. »En todos los casos en que el asesino pueda ser registrado, tanto antes como después del acto, no deben emplearse armas específicas. El accidente fortuito es la técnica más eficaz. Cuando se ejecuta bien, causa poco revuelo y se investiga superficialmente. »El asesinato más eficaz es una caída desde una altura superior a veinte metros sobre una superficie dura: huecos de ascensor, de escalera, ventanas o puentes sin protección. El acto debe ejecutarse sacudiendo al individuo repentina y enérgicamente por los tobillos e inclinándolo sobre el borde. »Las caídas al mar o a ríos de corriente rápida pueden ser suficientes si el individuo no sabe nadar. Resulta más creíble si el asesino simula rescatarlo, de manera que no sólo se asegura de la muerte del sujeto, sino que al mismo tiempo establece una coartada útil. »Si las costumbres del sujeto lo permiten, pueden utilizarse bebidas alcohólicas para preparar un accidente de cualquier tipo: las caídas cuando pasa un tren o el metro son eficaces, pero requieren precisión y es difícil que no haya testigos. »Los accidentes de coche son un método de asesinato menos satisfactorio. Si se atropella de modo deliberado al sujeto, es necesario calcular bien el momento porque es posible que se lleve a cabo una in-vestigación. La manipulación del coche del sujeto tiene escasas posibilidades de éxito. Cabe la posibilidad de emborrachar o drogar al individuo y después colocarlo en el coche, pero esto sólo funciona cuando puede lanzarse el vehículo por un barranco o a aguas profundas y sin testigos

No hay comentarios:

Publicar un comentario